Dar con una idea original que solucione una necesidad no es tarea fácil. Rentabilizarla menos aún. Estos creativos no sólo deben patentar su invención, también elaborar un ‘business plan’ y buscar financiación. Estos ejemplos muestran cómo patentar un invento puede ser difícil.
José Luis López Gómez se ha pasado media vida mejorando la tecnología de los trenes Talgo, empresa a la que ha estado ligado los últimos 30 años. Su última contribución a la compañía, un nuevo método para lograr que las ruedas de los trenes rueden con más seguridad sobre el raíl, ha sido la que le ha servido para ganar el premio al inventor del año que otorga la Oficina Europea de Patentes. Para este ingeniero, un inventor debe limitar sus descubrimientos al campo que domina y crear productos «que puedan venderse».
Miguel Fernández, fundador de Spectrapply, sí que le supo sacar rendimiento a su idea. Comenzó a desarrollar un dispositivo de control agroalimentario en 2010 cuando trabajaba como ingeniero químico en el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) de Asturias. Junto a Guillermo Nieto creó Spectrapply, una empresa que nació en mayo de 2011 con 40.000 euros de sus bolsillos. «Vimos la funcionalidad de la idea y teníamos una inquietud empresarial que hicimos realidad». Para Fernández, el inventor es, en esencia, un emprendedor que anticipa soluciones. «Es importante tener interés en dar a tus invenciones un sentido rentable. Llegar a la sociedad y, a la vez, ser capaz de hacer negocio». De momento ya han conseguido los primeros clientes, aunque durante un año tuvieron que dedicar todos sus esfuerzos a conseguir financiación. A los 40.000 euros de recursos propios les siguieron 20.000 euros más que lograron al ganar el premio Genoma España y otros 150.000 euros de un inversor privado del grupo Everis que ha tomado una participación del 30% de la firma. «Ahora hemos captado otros 450.000 euros de fuentes de financiación pública», explica este inventor. Capitalizar una idea no es tarea fácil. Manuel Matellán, director de Inventos e Inventores, lo sabe bien. «Los grandes creativos no son grandes gestores. Para vender un proyecto es necesario saber moverse en el ecosistema emprendedor: acudir a ferias, eventos sectoriales, chequear la posible competencia y elaborar un business plan, entre otros pasos». El inventor debe captar, en definitiva, el planteamiento empresarial. Para ello, Matellán aconseja rodearse de un equipo que entienda de gestión y busque la mejor vía para llevar ese invento al mercado; buscar asesoramiento a través de gabinetes especializados si lo quiere rentabilizar en solitario o encontrar una empresa que apueste por la innovación para explotar su solución a través de ella; y proteger su propiedad intelectual. Para esto último es esencialpatentar la innovación, que no la idea. La mayoría de expertos recomienda registrar el invento una vez esté desarrollado, pues patentar un invento supone un coste que varía en función del ámbito geográfico en el que la protejas.
Fuente: expansion.com